El VIENTO y los RUMBOS de navegación

El viento es la fuerza que nos empuja y que nos permite ir de un sitio a otro sin necesidad de utilizar un motor. A la hora de aprender a navegar a vela lo más importante es saber de dónde nos viene el viento y donde queremos ir ya que así podremos ajustar las velas de forma correcta.

Antes de  ver  los diferentes rumbos que podemos hacer para un viento determinado tenemos que saber que ningún velero puede navegar contra el viento. Siempre vamos a tener que abrir un pequeño ángulo con respecto a la dirección del mismo para poder avanzar. Si no lo hacemos las velas flamearan (empiezan a dar golpes) y nos quedaremos parados.

Navegar  de  ceñida:

Consiste en navegar con un ángulo tan cerrado al viento como sea posible. En este caso tendremos que tensar las escotas para que llevar las velas todo lo cazadas que podamos. No es una navegación muy cómoda ya que el barco escorara  (inclinara) un poco. En  este caso si nuestro destino está situado en la dirección de la que viene el viento tendremos que navegar en zig-zag para llegar a nuestro objetivo.

Nota: vamos a tomar como base que para navegar de ceñida tenemos que tener por lo menos 45 grados de ángulo con el viento.

Navegar a un descuartelar:

Consiste en abrir un poco el ángulo con respecto al viento. En este caso tendremos que largar un poquito las escotas para permitir que las velas no vayan tan cazadas. La navegación es un poquito más cómoda que de ceñida. En este caso el ángulo con el viento sería de unos 60 grados con respecto al mismo.

Navegar de través:

Consiste en abrir el ángulo para con el viento hasta unos 90 grados con respecto a la proa. En este caso largaremos todavía un poquito más las velas. Este rumbo es muy fácil y rápido.

Navegar a un largo:

Consiste en abrir todavía más el ángulo con el viento hasta unos 110 grados. Seguimos largando un poco más las escotas. En este caso la  escora (inclinación) del barco  casi ha desaparecido por completo.

Navegar por la aleta:

Consiste en navegar a unos 135 grados con relación al viento. En este caso el viento nos empujará hacia adelante con toda su fuerza. Las escotas las seguiremos largando para que las velas se  hinchen y así favorecemos ese empuje. Ya no hay nada de escora (inclinación). Cuando naveguemos por la aleta tenemos que estar atentos a los cambios de dirección del viento ya que estamos cerca del punto en el que el barco puede trasluchar  involuntariamente (pasar el viento por la popa).

Navegar de empopada o popa redonda:

Consiste en llevar el viento justo en la popa del barco a unos 170 grados con respecto al viento. Es la navegación más difícil ya que  es una navegación muy inestable y el punto en el que el barco puede trasluchar involuntariamente está muy muy cerca. Navegando de empopada podemos llevar una vela a cada banda. Es decir, mayor a un lado y génova al otro. Esta manera de navegar  se conoce como orejas de burro.

TRIMANDO LAS VELAS

Es importante que tengamos claro que cada vez que cambiamos de rumbo con respecto al viento  es necesario ajustar las velas. Si nos estamos acercando hacia el viento tendremos que ir cazando las escotas para de esta manera  aplanar mas las velas. Si por el contrario con el nuevo rumbo estamos alejándonos del viento tendremos que ir largando las escotas para  que de esta manera  las velas no vayan tan planas y se inflen un poquito más.

De todas maneras la regla básica para saber cuando tienes que cazar una vela o no  es sencilla, ir cazando las escotas hasta que la vela deje de flamear.