Andrea Ruiz: “Disfruto mucho más de los periodos largos de navegación, que con las llegadas a tierra”.

9 de Noviembre de 2012Andrea Ruiz, getxotarra de 30 años, es la coordinadora de Educación del Pakea Bizkaia. A bordo, se encarga de recabar y enviar a tierra toda la información para alimentar la página web.

¿De qué tareas te encargas cuando navegáis?
A bordo hay tareas que son compartidas y hay tareas en las que todos los tripulantes participan. Son las relacionadas con la navegación y las guardias que hacemos para que haya siempre alguien al timón y alguien acompañando a la persona que va al timón. Esa tarea es para todos los tripulantes. Luego hay más específicas, hay gente que se encarga de la mecánica, de la intendencia… A mí me toca reunir los contenidos que enviamos a nuestros compañeros de tierra para que alimenten la página web. Tengo también que andar chinchando a la gente para que escriba sus cuadernos de bitácora, y así después incluirlos en la página web. También acompaño a la persona dedicada a la grabación, para ayudarla en todo lo que pueda. Otra de las tareas de todos, es el estar ojo avizor para avistar animales. Hay latitudes en las que si no estás ojo avizor, es prácticamente imposible ver animales y hay otras en las que cada hora aparece uno nuevo, como ballenas, delfines, tiburones o tortugas. Cada vez que aparece un animal hay que avisar al cámara o coger una cámara, si él está durmiendo, para grabar a esa ballena o ese grupo de delfines que viene a saludarnos.

Después de tres expediciones, ¿qué es lo que sientes en esta tercera?
Esta expedición está siendo hasta el momento la más disfrutada en cuanto a navegación y otras cuestiones se refiere. Las millas navegadas y todo lo aprendido previamente me permiten sentir más confianza con el velero, los momentos complicados y conmigo misma, en cuanto a conocimientos se refiere. En cada expedición las travesías han ido aumentando en cantidad de millas de manera paulatina, y eso me ha permitido aclimatarme de manera ordenada y constante. Hasta ahora, exceptuando el cruce del Atlántico del año pasado, apenas había navegado con temperaturas tan cálidas, y me encanta. Poder despertarme por la noche y salir a la guardia, sin perder tiempo, poniéndote apenas una camiseta, es una gozada. Estar tan a gusto en cubierta con el cielo cubierto de estrellas y luna llena, sin que el frio asome en ningún momento… ¡Cuando llegue el frío tendré que volver a acostumbrarme! Este año, las llegadas a tierra son ya conocidas, y los momentos de estrés se pueden gestionar mejor.
Aún así, una de las cuestiones que sigo sin llevar bien, es el poco o nulo tiempo que nos queda en tierra para conocer en profundidad los lugares. Me seguiré quedando con la gente y sus peculiaridades.

Un momento que has guardado en la retina de la travesía realizada hasta la fecha.

Cada momento vivido está guardado ya en la retina, no hay un momento más destacable que los demás, cada situación está siendo memorable. No solo por navegación, sino porque la compañía es inmejorable y nos reímos mucho. Las navegadas nocturnas también están siendo una pasada y cómo no, las visitas de animales, inolvidables. Aún así, estamos sedientos de más avistamientos, esperamos que a medida que nos acerquemos a las costas brasileñas, los cetáceos vuelvan a aparecer.

¿Qué es lo más difícil y lo más fácil de llevar en las travesías?
He comprobado que cuando tienes una navegación larga por delante, te planteas el día a día de manera diferente, y yo consigo llegar a disfrutar de la rutina del día a día. A veces, la llegada a tierra, aunque pueda parecer ilusionante, a mí me agobia mucho. Cuando llegamos, muchas veces tenemos muy poco tiempo y muchas cosas que hacer. Eso estresa bastante.
Además, la gente necesita su espacio y quiere buscar un lugar en tierra para vivir soledad. Yo disfruto mucho más de los periodos largos de navegación, que con las llegadas a tierra. Navegando los días pasan, ya no sabes si el lunes, martes o miércoles, pero llegas a disfrutar de eso también, de un nuevo día, un nuevo atardecer y amanecer.

Vas a estar en las tres etapas de la expedición. ¿Cuál es la que más te atrae?
Las tres etapas son interesantes, sobre todo, porque los tres grupos de personas que van a compartir las etapas con nosotros son interesantes. Ese es uno de los alicientes de permanecer a bordo durante toda la expedición, el poder convivir con toda esta gente. En cuanto a las etapas, las tres son atractivas, quizá para mí, más la primera y la segunda. La segunda por supuesto, porque estaremos en la Patagonia y navegaremos hasta la Antártida. Veremos paisajes que van a ser imposibles de ver en cualquier otro lugar del planeta, pero la primera me resulta muy interesante también, porque con temperaturas cálidas, calor y vientos cortantes, la navegación cambia mucho. No tiene nada que ver navegar con frío, como de Cabo de Hornos a la Antártida y vuelta, o cruzar el Atlántico.

Tú eres la coordinadora de Educación del Pakea Bizkaia, ¿qué es lo que el proyecto pretende trasladar a los más pequeños?
El proyecto tiene dos ejes centrales, uno son las expediciones y el otro es el proyecto educativo. El uno necesita del otro, ya que el proyecto educativo se alimenta con las expediciones que realizamos una vez al año. La actividad principal del proyecto educativo son las visitas escolares de alumnos y alumnas de primaria y secundaria al puerto de Getxo. Su objetivo principal es fomentar el respeto hacia el medio ambiente marino, y que se persigue a través de las grabaciones de las expediciones, bien relacionadas con la biodiversidad marina o bien, con proyectos sostenibles o respetuosos con el medio marino.

Todo ello lo hacéis a bordo de un velero. ¿Qué valores le implica al proyecto?

Además de querer fomentar el respeto y el amor por la mar y su biodiversidad, queremos también fomentar valores relacionados con la navegación a vela. Implica muchos valores positivos que en las escuelas se intentan trasladar a los niños y niñas, y yo creo que a través de la navegación, la expedición y los nuevos tripulantes, podemos transmitir lo que es el compañerismo, la solidaridad, el valor del trabajo en equipo, el esfuerzo y su recompensa.

Pakea Bizkaia/Andrea Ruiz

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