Wednesday 14 November 2012El martes fue el día más complicado de la semana por la llegada de un frente frío desprendido de una profunda borrasca que se dirigía hacia África.
Se han cumplido ya dos de las tres semanas que durará la travesía de Cabo Verde a Buenos Aires. Durante los últimos días, el Pakea Bizkaia ha seguido navegando con los vientos alisios del sureste, que a medida que ha ido avanzando el fin de semana iban rolando cada vez unos grados más hacia el nordeste.
Estos vientos nos permitieron navegar en popa cerrada, con el aparejo a “orejas de burro”, trimando la mayor en la banda de babor y el yankee por la de estribor con la ayuda del tangón. El manejo del velero con esta configuración requiere de la máxima atención de los timoneles, ya que un despiste puede hacer que el barco trasluche involuntariamente generando un problema en el aparejo. Durante la noche del domingo, sobre todo, algún chubasco de hasta 26 nudos acompañó al velero.
La tripulación navegó de esta manera hasta que en la noche del lunes decidieron amurarse a estribor después de más de una semana haciéndolo a babor, debido a que el viento se situó ya en el noroeste acercando su rumbo a la costa brasileña.
Ayer, martes, fue el día más complicado de navegación con la llegada de un frente frío desprendido de una profunda borrasca que viajaba hacia África en mitad del Atlántico. La tripulación preparó y arranchó todo el barco para la llegada de vientos fuertes, que hicieron su aparición a las 15:30 horas, con una gran variación barométrica acompañada de una calma total pero con una mar malísima. Dos horas más tarde, el viento del sureste comenzó a arreciar llegando hasta los 37 nudos. El Pakea Bizkaia buscaba un hueco entre los dos mares que luchaban por decidir quién se quedaba, una del Norte y otra del Sudeste. Navegaron con un rizo en la mayor y solo la trinqueta, a más de 10 nudos, exigiendo a la tripulación toda su atención y extremar las medidas de seguridad con chalecos, arneses y trajes de agua, entre otras.
Finalmente, después de 3 horas, el sudeste dio paso al diluvio universal, con precipitaciones constantes durante una hora. Al parar, llegó el esperado descenso del viento, hasta soplar con 20 nudos de intensidad durante esta última noche. Unas buenas ollas de lentejas esperaban a la tripulación que había sido buena previsora y las habían cocinado por la mañana.
Durante los últimos días, la tripulación ha ido arreglando con éxito pequeños desperfectos que los fuertes vientos y los días acumulados de navegación habían causado en diferentes partes del velero.
Para los próximos días, la predicción dice que el viento suave y medios de componente este acompañaran al Pakea Bizkaia al norte del anticiclón hasta su entrada en el Río de la Plata.