Avistamiento de Rorcuales
Ayer amanecimos con un cielo limpio y soleado, por lo que sabíamos que no podíamos desaprovechar el día para avistar cetáceos. Ya desde la primera hora de la mañana un pequeño grupo de delfines comunes se nos acercó a darnos los buenos días.
Tras varios días de mucho movimiento, ayer nos dio una estupenda tregua para poder ver a los cetáceos, poco viento, mucha luz y ola larga. Sobre las 14:30, mientras toda la tripulación disfrutaba en cubierta del tranquilo día, alguien gritó: ¡soplo! Y todos miramos en la misma dirección, donde a una milla y media, varios soplos asomaban de manera acompasada desde la superficie. Durante varios minutos pudimos ver varios soplos hasta que desaparecieron, volviendo a aparecer unos cinco ejemplares, esta vez en popa, al de 6-7 minutos.
Como no se acercaron lo suficiente al barco y calculamos las medidas de los mamíferos a ojo de buen cubero, desconocemos si se trataba de rorcuales comunes (Balaenoptera physalus) o rorcual aliblanco (Balaenoptera acutorostrata), ambos de la familia de misticetos o ballenas con barbas.
Los rorcuales tienen un cuerpo esbelto y un hocico bastante apuntado y estrecho, lo que nos permite distinguirlos de otras ballenas como las francas o los cachalotes. También tienen unos surcos en la garganta (característicos sólo de los rorcuales), que varían en número según la especie y que sólo son visibles de cerca, cuando el animal se sitúa de lado, boca arriba o salta.