Cambio de tiempo

Lunes 18 de marzo de 2013 Vamos ciñendo a un rumbo prácticamente norte con una velocidad de 8 nudos. El parte que se ha descargado Unai y el que nos ha dado Rafael por radio dice que los vientos de los próximos días van a seguir soplando del este-nordeste con una intensidad de 15 nudos, lo [...]


Lunes 18 de marzo de 2013
Vamos ciñendo a un rumbo prácticamente norte con una velocidad de 8 nudos. El parte que se ha descargado Unai y el que nos ha dado Rafael por radio dice que los vientos de los próximos días van a seguir soplando del este-nordeste con una intensidad de 15 nudos, lo que nos va a permitir remontar los alíseos e ir ganando latitud bastante rápido.

Este jueves se cumplen 4 semanas desde que partimos de Montevideo y parece que fue ayer cuando estábamos disfrutando de los buenos asados uruguayos. La verdad, es que se echan de menos unas cuantas cosas a bordo, pero bueno, más cosas que disfrutaremos cuando lleguemos a tierra. Por lo que parece, la próxima parada ya será en casa, si es que el tiempo nos sigue acompañando las próximas dos semanas.

Hoy el agua ha bajado otro gradito, ya está a 24, y por las noches empieza a refrescar, cosa que se agradece a la hora de dormir. Ayer decidí que hoy me pondría unos pantalones largos para salir a la guardia nocturna y creo que también me pondré calcetines y crocks despues de más de tres semanas descalzo. El tiempo que llevamos a bordo nos ha servido para conocernos mejor entre nosotros, pero tambien a nosotros mismos. Sobre todo, el tiempo que pasas al timón concentrado en que el barco lleve buen rumbo. Tu mente se abstrae de una manera increíble y comienzas a pensar en las cosas que echas de menos en tierra, pero sobre todo, piensas en la gente que más te importa, las cosas que te gustaría hacer si estuvieses en casa y las que vas a hacer cuando vuelvas.

El ambiente en el barco es bueno. Ayer preparé con Iker un rico marmitako. Lo malo es que utilizamos la última cebolla y el último pimiento que nos quedaban en el barco. Las próximas comidas van a tener que ser un poco más ligeras de condimentos, ya que de comida fresca, solo nos quedan ya las patatas. Eso sí, hemos entrado en una zona rica en fauna marina, donde abundan todo tipo de peces. Los que más destacan son los peces voladores, que los vemos salir volando cerca del barco cuando pasamos junto a ellos. Son un tipo de pez parecido a una sardina pero con las aletas laterales mucho más grandes, las cuales les permiten realizar vuelos de más de 50 metros de largo y algunas de las veces, sobre todo de noche, esto hace que los despistados, en su intento de huir de algún animal más grande, acaben aterrizando en la cubierta del barco.

A las noches se aprecian en el agua millones de luces, como si fuesen luciérnagas que se encienden a nuestro paso. Es el plancton luminiscente, que en esta zona es mucho más abundante que en otras. Ayer fue la primera vez que vimos grandes concentraciones de estos animalitos formando unas bolas como de 1 metro de diámetro, dando la sensación de que hubiese focos dentro del agua. Este hecho nos ha dado esperanzas de ver ballenas, que se nos resisten desde la travesía de Ushuaia-Montevideo. Lo que sí hemos visto son tortugas marinas, en la guardia de ayer al mediodía cuando Unai nos acompañaba a Aritz y a mí. Vimos una pequeña “tortuga laúd” de aproximadamente 1 metro descansando en la superficie.

Nos quedan aproximadamente dos semanas para llegar a casa que seguro que pasan sin darnos cuenta. Hasta entonces, intentaremos disfrutar todo lo que podamos y terminar el torneo de ajedrez, que se nos resiste, ya que por ahora, hay un triple empate entre los posibles semifinalistas. El único que está clasificado es el capi, que se ve que en los seis meses que lleva en el barco se ha estado entrenando a tope.

Besarkada haundi bat, un abrazo a todos
Ekaitz