El SONIDO de las ballenas

Oceans sounds es una compañía privada que se dedica la investigación de la vida marina presente en las Islas Lofoten. Su fundadora es Heike I. Vester, una bióloga alemana que se ha dedicado a estudiar los sonidos que emiten los cetáceos para comunicarse unos con otros, incluso, con los seres humanos que se acercan a observarlos en ocasiones.

Durante el verano y el invierno acuden infinidad de especies de cetáceos a las islas Lofoten para alimentarse en sus aguas. Entre ellas, los Delfines de flancos blandos del Atlántico, Delfines de hocico blanco, Rorcual común, Rorcual aliblanco, Ballena Jorobada, Marsopa común, Orcas y Ballenas piloto.

En los últimos dos años las Orcas han dejado de acercarse a estas islas, pues debido a la subida  de la temperatura de las aguas los peces de los que se alimentan se han ido hacia el Norte, provocando que las Orcas se marchen tras su alimento.

Ocean Sounds trabaja e investiga  en las islas Lofoten debido a su gran riqueza en vida marina y en concreto, por su interés en estudiar los hábitos de comunicación de las Ballenas piloto y Orcas. Dichos animales son seres sociales que viven toda la vida en grandes grupos y que la mayor parte del tiempo se comunican unas con otras. En Ocean Sounds investigan mediante hidrófonos los diferentes sonidos que emiten los animales y las frecuencias en las que lo hacen. También los tipos de mensaje, pues los sonidos varían según la situación en la que se encuentran y por supuesto, su estado de ánimo: el peligro, el estrés, la  tranquilidad…O si se están alimentando, huyendo, criando…

Las investigaciones que han realizado en los últimos años demuestran que los cetáceos que viven en comunidad se comunican muy parecido a los seres humanos, enviándose en todo momento mensajes intencionados. Es más, se ha descubierto que existe cierta capacidad de transmitir hábitos y tradiciones de generación en generación, como si hubiera cierta tradición oral en la cultura cetácea. Por ejemplo, cuando se da algún cambio en el hábitat o en la alimentación, las ballenas son capaces de comunicárselo unas a otras, generando así un cambio en las costumbres que después se transmiten de una generación a otra.

Por todo ello, es importante que se realicen investigaciones como las de Ocean Sounds, pues los sonidos y la comunicación que ballenas y delfines llevan a cabo nos ofrece muchos datos sobre la vida, las migraciones, la alimentación, los hábitos y por supuesto, los efectos de la acción humana sobre la vida de estas especies.

Heike nos cuenta cómo En Noruega aún se consiente la pesca de ballena y el hábito de comprar su carne en las pescaderías está totalmente normalizado entre la población. La especie que se pesca es el Rorcual aliblanco y el cupo permitido es de mil ejemplares al año, al cual nunca llegan. Ocean Sounds es una de las pocas asociaciones que denuncia este hecho, lo cual le lleva  a no recibir ninguna subvención del gobierno para sus investigaciones.

En varias ocasiones mientras Heike estaba trabajando grabando los sonidos de las ballenas en la Mar ha podido registrar los sonidos que los tiros de los barcos balleneros emiten cuando disparan a unas pocas millas a las ballenas. A veces disparan a las crías para atraer a sus madres, llegando incluso a matar hembras embarazadas.

Ni Ocean sounds ni Pakea Bizkaia comprenden cómo una tradición como esta persiste en un país como Noruega. No se trata de una cuestión económica, pues a día de hoy, la pesca de ballenas no supone un gran ingreso y tampoco son tantos los pescadores que siguen dedicándose a la misma. Simplemente es una tradición que perdura sin que la gran mayoría de los noruegos se planteen los efectos reales de la misma. La gran mayoría de especies de cetáceos se encuentran en números rojos y algunas de ellas en serio peligro de extinción, ¿cómo es posible que una tradición pueda permanecer aún cuando está provocando el desequilibrio de la vida marina y los Océanos?

El trabajo de investigación y de sensibilización que Heike realiza en Ocean Sounds es primordial para que los ciudadanos de a pie se sensibilicen sobre la necesidad de, por un lado, denunciar la pesca de ballenas, y por otro, conocer las diferentes especies que habitan en nuestros Oceános, para así admirarlas y protegerlas.