Pingüino magallánico, Spheniscus magellanicus

En origen, se trataba de aves con alas, pero éstas han sido modificadas para poder nadar bajo el agua, alcanzando en ocasiones velocidades de hasta 24 km/h.

En Península Valdés la tripulación tuvo la suerte de poder observar mamíferos y aves marinas de cerca, en su propio hábitat. Es el caso de los divertidos pingüinos magallánicos (Spheniscus magellanicus) que observaron en Caleta Valdés al este de la península. Se extienden a lo largo de una playa en la que convivían con los leones marinos que los acechaban desde la orilla y otras aves, como petreles gigantes.

En este momento del año, las parejas de pingüinos se dedican a cuidar los nidos donde las crías se esconden, además de alimentarlas. Se trata del periodo de crecimiento. Dentro de unas pocas semanas, los pequeños pichones saldrán de sus nidos, mudarán el plumaje y comenzarán con pequeñas incursiones de aprendizaje en la mar. A su vez, llegarán a la playa grupos juveniles nacidos en la temporada anterior para mudar su plumaje de juvenil al de adulto.

Los pingüinos son monógamos, por lo que sólo tienen una pareja por año, formando familias estables. Tanto el padre como la madre se encargan del cuidado del nido y de buscar alimento para el pichón. Año tras año, suelen volver al mismo lugar de nidificación.

En origen, se trataba de aves con alas, pero éstas han sido modificadas para poder nadar bajo el agua, alcanzando en ocasiones velocidades de hasta 24 km/h.

Pingüino magallánico-Magallaeseko pinguinoa