VIKINGOS EN GROENLANDIA

De manos de Ramón Larramendi de TIERRAS POLARES, hemos podido conocer el pequeño pueblo de Qagssiarssuk donde la gran mayoría de sus algo más de 100 habitantes, se dedican a la pesca y al pastoreo de ovejas. El pequeño pueblo se encuentra en el interior del fiordo Tunugdliarfik y nada tiene que envidiar al pueblo [...]

De manos de Ramón Larramendi de TIERRAS POLARES, hemos podido conocer el pequeño pueblo de Qagssiarssuk donde la gran mayoría de sus algo más de 100 habitantes, se dedican a la pesca y al pastoreo de ovejas. El pequeño pueblo se encuentra en el interior del fiordo Tunugdliarfik y nada tiene que envidiar al pueblo de Narssassuaq que se encuentra en la orilla del frente, donde el asfalto y los hangares del aeropuerto han dañado la belleza del lugar.

En Qagssiarssuk, hemos encontrado por fin el verde, motivo quizá por el que en el año 982 el vikingo Erik El Rojo y su gente, decidieron asentarse en estas inhóspitas tierras. Llegaron desde Islandia, y tras recorrer durante unos años los fiordos del sur de Groenlandia, este lugar les pareció seguro y adecuado para establecerse, pues comprobaron que su tierra era adecuada para la agricultura. Por aquella época, los inuit aún no habían llegado a estas tierras, por lo que se puede decir que los vikingos fueron los primeros pobladores de esta zona de fiordos. Ocurre que la primera vez que los inuit llegaron a Groenlandia desde el Ártico canadiense de hoy en día, lo hicieron al norte, sin llegar a establecerse en el sur.

De esta manera, Erik El Rojo y su familia formaron esta  pequeña comunidad y poco a poco fueron convenciendo a sus paisanos para que les acompañaran a poblar esas tierras. Durante 500 años las ocuparon dedicándose a la agricultura y al comercio de pieles. Cabe destacar la presencia de iglesias en todos los asentamientos vikingos ya que aunque Erick El Rojo no era cristiano, su mujer sí lo era y fue ella una de las precursoras de la religión cristiana en las zonas más meridionales de la isla.

Después de poblar estas tierras durante 500 años, hacia 1480 los vikingos las abandonaron sin que a día de hoy se conozca el motivo real.

No conformándose con quedarse en el sur de Groenlandia, el espíritu conquistador y aventurero de los vikingos hizo que siguiesen su expansión hacia el Oeste, y fue el hijo de Erik El Rojo, Leif Eiriksoon, el que capitaneó las expediciones de drakes (embarcaciones vikingas) que arribaron a la costa este de Canadá, más concretamente, en Labrador. En esta ocasión no tuvieron tanta suerte como en Groenlandia y fueron expulsados por los indios de la zona que no vieron con buenos ojos la llegada de conquistadores a sus tierras.