Navegando en el PASADO

Invitados por nuestro hoy ya amigo irlandés, Sean Mc Donncha, arribamos a la Bahía de Cashla, en Carraroe, a 20 millas al oeste de Galway. Un bonito refugio natural para protegerse de los vientos duros, y las mares enormes del Oeste de Irlanda. Con una simpatía y amabilidad propia de lugares tan tranquilos en sintonía con [...]

Invitados por nuestro hoy ya amigo irlandés, Sean Mc Donncha, arribamos a la Bahía de Cashla, en Carraroe, a 20 millas al oeste de Galway. Un bonito refugio natural para protegerse de los vientos duros, y las mares enormes del Oeste de Irlanda.

Con una simpatía y amabilidad propia de lugares tan tranquilos en sintonía con la mar, y desde el orgullo irlandés bien entendido,  Sean nos ha contado con detalle la historia, pasado y presente de las embarcaciones tradicionales de carga, con las que su familia mantiene una tradición que se pierde en el tiempo. Los Galway Hookers.

Estos veleros construidos en madera de roble con un sistema tradicional nacieron con la función de llevar turba a las islas Aran, para que sus habitantes las usaran como combustible, además de para pescar, y otro tipo de transporte. Las tierras cercanas a Carraroe son muy ricas en este tipo de mineral.

Sean nos lleva a conocer a Michael Mc Donagh, unos de los tres constructores que quedan en la actualidad. En un pequeño local, realiza un excelente trabajo artesanal, siguiendo la tradición familiar, cuidando los detalles al máximo en cada labor que hace.

Michael nos cuenta orgulloso como su abuelo tiene el record de viajes en un día hasta las islas Aran, tres viajes, de 13 millas cada ida y vuelta, y cargando 10 toneladas de turba en cada uno ¡por supuesto trabajo realizado a pala.

El modelo de mayor eslora es de 37 pies, unos 11 metros, pesando cerca de 4,5 toneladas, una vez ya botadas y sus maderas empapadas de agua.

Construir un hooker, le lleva unos 7 meses, entre dos personas, pudiendo realizar hasta  dos embarcaciones por año. El gobierno irlandés subvenciona con el 50 %  la construcción del hooker para aquellos que sean de la zona, con el fin de recuperar parte de la historia y tradición y no dejar que se pierda para siempre.

En el año 76, con la introducción del gas butano, el comercio de carbón y turba disminuyo casi del todo, quedando tan solo 2 Hookers funcionando.  Fue entonces cuando marinos del lugar, se dieron cuenta de la importancia de recuperar parte de su historia, donde sus antepasados habían navegado y trabajado desde hace mas de 150 años.

Hoy día se reúnen más de cincuenta hookers, para regatear y mantener viva esta marinera embarcación. A veces, hasta cruzan navegando a Brest para algún festival, navegación nada fácil, teniendo en cuenta donde nos encontramos, y el no tener cabina para protegerse de las olas, frío y  viento.

La tripulación del pakea bizkaia, hemos sido invitado a navegar a bordo de uno de estas maravillas de veleros. A pesar de soplar una ligera brisa, nada mas largar la amarra que nos aguanta en la boya, sentimos que se desliza rápido, y el tacto en el timón es bueno. La madera suena, huele, se siente…es un tipo de navegación muy física, sobre todo, según nos cuenta Sean, con vientos fuertes. Descubrimos formas y trucos de navegar, propios de ellos, como cuando para contrarrestar el timón un tripulante ayuda con la espalda al timonel, todo un ejemplo de trabajo en equipo.

En seguida todos nosotros nos quedamos cautivados por su navegar y su belleza. A bordo viene el hijo mayor de Sean, Brian, de tan solo 10 años….nos ha dejado escrito en la pizarra del Pakea Bizkaia, el nombre de un Galway Hooker muy antiguo,  “An Mhaighdean Mhara”…sirena de Mar en Irlandés, idioma que habla e intentan también mantener vivo no sin dificultad.

Cuando zarpamos al atardecer, quiero recordar a Baroja, “el carbón, ese dios modesto pero útil, ha reemplazado las alas del poético ángel de la guarda que llevábamos en nuestras velas, y cambiado las condiciones del mar. …nosotros, marinos viejos, marinos galantes, la celebramos de reina y no la admiramos de esclava…oh gallardas arboladuras, velas blancas, fragatas airosas con su proa levantada y su mascaron en tajamar ¡que pena me da que vais a desaparecer ¡ amable sirena que te levantas sobre las olas azules para mirarnos con tus ojos verdes, ya no te verán más.

Congratulations Sean.

Unai