Los CABOS

Los cabos son las “cuerdas” que nos permiten controlar las velas y amarrar el barco cuando lo atracamos. Pero cuidado, nunca llaméis “cuerda” a un cabo cuando estéis dentro de un barco ya que el capitán os mirará con mala cara y os dirá aquellos de “en este barco la única cuerda que hay es la del reloj”.

Antiguamente los cabos eran de cáñamo pero con el paso del tiempo han ido evolucionando hasta el día de hoy, que están hechos de materiales sintéticos.  Dentro de un mismo barco encontramos diferentes tipos de cabos, dependiendo de para qué vayan a ser utilizados:

Las drizas son los cabos que suben y bajan las velas.

Las amantillos son los cabos que aguantan los apéndices del barco como botavara y tangón.

Las escotas son los cabos que permiten cazar y largar las velas.

Las amarras  son los cabos con los que amarramos el barco a tierra cuando atracamos.

Después de cada día de navegación todos los cabos que hayamos usado tienen que ser lavados con agua dulce ya que el agua de mar deja la sal entre las fibras y con el paso del tiempo se van deteriorando. Por eso es muy importante endulzarlos, ya que de esta manera mantenemos el equipo en buen estado.