Las VELAS

Un velero para avanzar necesita ser impulsado por el viento, sentir como éste es acariciado por la velas, las cuales nos ayudan a transformar la fuerza del viento en un empuje hacia delante, hacia proa.

Son de materiales diferentes, comenzaron siendo de algodón y de pieles, hace muchos siglos. Hoy en día suelen ser de materiales sintéticos. Cuanto menos peso tengan a igual resistencia mejor para navegar, aunque también se encarecen más. Debemos tener claro cuál es nuestro objetivo navegando, y adecuar el tipo de vela al tipo de navegación que hagamos.

Las velas son fundamentales para el buen navegar del barco, por lo que debemos cuidarlas mucho y bien. Evitaremos el flamear con el viento, esto es que siempre tenga la tensión adecuada la escota, y arriar e izarlas lo más rápido posible.

Una vez terminemos de navegar es importante quitar los restos de agua salada con agua dulce, y guardarlas en sus sacos bien plegadas.

Si dejamos la vela mayor plegada sobre la botavara, colocaremos la funda de la mayor cuanto antes, para evitar que los rayos de sol, la lluvia y el viento gasten la vela innecesariamente mientras el velero está amarrado.

Siempre debemos buscar la combinación adecuada para la intensidad de viento que tengamos a bordo. Ni mucha ni poca. Si mantenemos demasiada vela izada para el viento que sopla, lo único que conseguimos es desgastar las velas, escorar en exceso el barco y poner en peligro el mástil. Si por el contrario izamos poca vela nos quedamos sin la velocidad necesaria para navegar bien entre las olas.

A bordo del Pakea Bizkaia, tenemos la vela mayor, la trinqueta justo a proa del palo, y por delante de esta el Yankee. Para cuando el viento sopla de popa, también tenemos un spinnaker. Son velas duras, y resistentes, aunque pesadas.